En una reforma, sea del tipo que sea, hay varios ingredientes básicos, sin los que esta no podría llevarse a cabo. Estamos hablando de los materiales para una reforma. Estos son de tipo muy variado, y pueden ser tanto elementos de construcción como de decoración.
Todos ellos se utilizan para un fin concreto, y tienen su destino en la obra. Pero hay algunos tipos de materiales que conviene tener en cuenta y conocer. De esta manera se podrán utilizar, y solicitar que se utilicen, cuando toque hacer una reforma. Especialmente, los elementos de refuerzo, los aislantes térmicos, los de sonido y los elementos para acabar con las humedades.
Materiales para una reforma: refuerzo y aislamiento
Dentro de los materiales para una reforma están los catalogados como materiales de construcción. Los más comunes son el cemento o los ladrillos, pero hay otros, no tan básicos, que pueden marcar la diferencia en una reforma. Con ellos se puede, por ejemplo, mejorar un aislamiento o evitar que entre el ruido del exterior en una vivienda.
Básicamente, los materiales que permiten mejorar un aislamiento suelen ser de sellado y pegado. Por ejemplo, la espuma de poliuretano, o a un nivel más «amateur», los burletes para puertas y ventanas. También hay materiales aislantes, empleados en reformas a mayor escala, que consisten en paneles de poliuretano o rollos de tejido aislante, bien textil o de material sintético. Estos se colocan en suelos y paredes, bajo su superficie, y mejoran su aislamiento.
En el caso de que lo que se intente mejorar sea el aislamiento acústico, también hay elementos que permiten aislar estancias durante la reforma. Para ello también hay material aislante específico, tanto paneles como rollos y bobinas, que pude ser textil o sintético, flexible o más rígido.
También hay mallas que permiten reforzar el suelo y las paredes. Estas se aplican durante la reforma, cuando se están realizando tareas para su renovación. Quedan cubiertas después por el mortero y consiguen que tanto el suelo como las paredes soporten mucho mejor el paso del tiempo o el peso de muebles.
Materiales para acabar con las humedades
Las humedades constituyen uno de los principales quebraderos de cabeza en las viviendas. Tanto las procedentes del exterior como las que se generan en viviendas por culpa de filtraciones de otros pisos, acabar con ellas suele ser el motivo de muchas reformas.
Por ello, durante las obras que se llevan a cabo para eliminarlas suelen utilizarse materiales específicos, como los desarrollados para la solución de las humedades por capilaridad, goteras o filtraciones.
Entre los materiales empleados para solucionar las de los dos primeros tipos están los morteros especiales para evitar humedades, el pladur preparado contra la humedad o las resinas tratadas para repeler el agua. En el caso de las humedades por capilaridad, también se puede utilizar un material que, inyectado en las paredes o en las zonas que las sufren, forma una barrera que evita que la humedad las afecte.
Para acabar con las humedades producto de filtraciones de sanitarios, bidets, lavabos, etc, que suelen incluso afectar a vecinos de pisos inferiores, se suelen utilizar otro tipo de materiales para una reforma. Entre estos se encuentra la silicona para el sellado de juntas de elementos como bañeras, duchas o sanitarios. También las juntas especiales.
En cuanto a las producidas por humedades y goteras en terrazas y tejados, pueden solucionarse con materiales aislantes de la humedad en superficie. Por ejemplo, la tela asfáltica y otros materiales aislantes, sobre los que colocar tejas, baldosas y otros materiales encargados de cubrir la superficie.
Estos son solo algunos de los materiales para una reforma que conviene conocer. Es posible que, más tarde o más temprano, tengas que hacer frente a una reforma en la que precises utilizarlos, por lo que es aconsejable saber cuál es su función.