La reforma de locales comerciales es un proceso que en apariencia parece sencillo, pero no lo es tanto. No es algo que se pueda abordar con prisas, salvo en el caso de alguna reparación urgente. Tampoco sin planificarlo adecuadamente, porque el aspecto de un local comercial afecta a la imagen del negocio que haya en él. Tanto, que para muchas personas puede suponer la diferencia entre entrar o no.
Para reformar locales comerciales, por lo tanto, hay que tener en cuenta varios aspectos. No solo los gustos en decoración de su propietario. También tienen que tenerse en cuenta otros factores. Entre ellos, el tipo de negocio que hay establecido en él, el espacio disponible o si se van a habilitar varios ambientes o espacios en él. Todo esto requiere una planificación cuidadosa, que es recomendable abordar con un experto en la reforma de locales comerciales.
Pasos previos a la reforma de locales comerciales
Lo primero que hay que tener en cuenta antes de lanzarse a reformar un local comercial es el tipo de negocio que hay en él. Porque la reforma no será la misma para un restaurante que para una tienda de moda o una frutería. Cada negocio requiere unas condiciones distintas, así como una distribución del local diferente.
Paralelamente, el propietario del local debe irse haciendo una idea, siempre con el tipo de negocio que hay en el presente, de cómo quiere que quede el resultado. Fundamentalmente, de la decoración. También de cómo quiere que sea el mobiliario y qué espacios ocupará, un punto muy importante para la reforma.
Por tanto, es importante elaborar un plano con el mayor número de detalles posible. Este plano no solo servirá para que el propietario de un local a reformar pueda conocer de antemano su distribución futura. También será de gran utilidad para quienes tienen que ejecutar la reforma. Será su guía para saber dónde estará todo.
También hay que tener en cuenta la necesidad de pedir permisos de obra para la reforma. Estos permisos variarán en función de la localidad de la reforma, por lo que es aconsejable consultar con el Ayuntamiento para informarse bien de cuál se necesita. Casi con total seguridad, será el de obra mayor.
También hay que elegir los materiales para la reforma con cuidado. Han de ser de la mejor calidad permitida por el presupuesto. De esta manera, quien acceda al negocio se llevará una buena impresión. El descuido en la selección y trabajo con los materiales puede desembocar en un resultado deslucido. Y en que los clientes se lleven una mala impresión.
Una vez solventados estos temas, llega la hora de ponerse manos a la obra para dar un nuevo aire al local comercial en cuestión.
Las prisas no son buenas
La reforma de locales comerciales siempre lleva aparejado que el negocio que hay en ellos debe permanecer cerrado mientras duran las obras. Por lo tanto, en la mayoría de las ocasiones, los propietarios del local en cuestión intentarán siempre que la obra termine en el menor tiempo posible. Estas prisas añaden dificultad a una reforma ya de por sí complicada. Pero a pesar de las presiones, no hay que dejarse amilanar. Las obras deben durar el tiempo que sea necesario, porque de otra manera no será posible cuidar al máximo todos los detalles.
Es necesario cuidar los detalles para que las obras acometidas no presenten fallos. Ni que decir tiene que los acabados deben ser lo mejores posible. Por eso es imprescindible no apresurarse con las obras. De otra manera pueden surgir los fallos y tener que cerrar el negocio para reparar lo que por las prisas no se hizo bien en un primer momento.
Estos son solo algunos de los ejemplos por los que la reforma de locales complicados no es, ni mucho menos, tan sencilla como puede parecer a primera vista. Es una labor minuciosa, que hay que acometer con cuidado y sin hacer caso de las prisas, con el objetivo de que el resultado sea el mejor posible.
Es recomendable tener un buen proyecto de obra y un proyecto decorativo bien estudiado en el que se pueden realizar cambios antes de acometer la reforma de un local.