¿Cómo reformar una tienda de manera rápida y sencilla?

La reforma de una tienda no siempre se puede hacer con calma y todo el tiempo del mundo. A menudo, el tiempo apremia, por lo que hay que optar por reformas rápidas, pero que a su vez den un aire nuevo al establecimiento. Y por supuesto, que repare los problemas que pueda haber. Reformar una tienda con rapidez no tiene por qué estar reñido con conseguir un cambio completo que atraiga a los clientes.

Si es tu caso, y no cuentas con mucho tiempo para reforma en tu tienda, tampoco es aconsejable complicarse la vida. Huir de obras aparatosas y complicadas es, en este caso, muy necesario. Igualmente, optar por la sencillez en las reformas no quiere decir que la reforma no vaya a ser de calado. Más bien al contrario. Una reforma rápida permite centrarse en lo que realmente es necesario e importa cambiar, y olvidarse de lo superfluo.

Reformar una tienda sin complicaciones

Antes de comenzar con la reforma de la tienda, conviene tener varias cosas claras. La primera es el tiempo de que se dispone para la reforma. A veces no hay para ello más allá de siete o diez días, por lo que hay que ajustar al máximo los tiempos y las cosas que se quieren hacer. Por eso es importante una buena planificación previa.

Lo primero es, obviamente, hacer un listado de los problemas o defectos a corregir, para evitar pasarlos por alto. A continuación, decidir qué cambios son los más importantes y no se pueden aplazar. Por ejemplo, la pintura de las paredes. O el suelo. O las dos cosas. Hay que tener en cuenta que los cambios han de ocasionar las menores obras posibles. O, directamente, evitar todas las que sean posibles.

Tampoco hay que olvidarse de la decoración, puesto que puede ser el toque perfecto para dar la impresión de que se ha invertido mucho esfuerzo en reformar una tienda cuando en realidad no se han hecho grandes cambios.

Pintar y cambiar el suelo: listo en tres o cinco días

Pintar todas las paredes de la tienda es básico para que una reforma parezca completa. Eso sí, antes habrá que reparar todas las imperfecciones presentes en las paredes. Así las cubrirá la pintura. Una vez hecho esto, la tienda puede estar pintada en un par de días. Siempre y cuando, claro está, que no se opte por una pintura muy elaborada. Sí que se puede jugar con los colores y los contrastes para generar distintos ambientes, pintando paredes de distintos tonos lisos. Esto también dará un toque de modernidad a determinados tipos de tienda.

En cuanto al suelo, cambiarlo puede parecer un problema, pero en algunos casos no es así. La instalación de algunos tipos de suelo se puede hacer sin necesidad de obras, y sin que salten cascotes ni haya que retirar el suelo instalado. Por ejemplo, instalando un suelo de tipo vinílico pegado sobre el suelo que hay. Puede estar listo en otros dos o tres días, y cambiará radicalmente el aspecto de la tienda, gracias a sus distintos acabados, aspectos y tonos. Además, se trata de un suelo bastante sencillo de limpiar y mantener, lo que facilitará después tener el establecimiento en perfecto estado.

Decoración e iluminación

Como hemos mencionado, un cambio de algunos muebles, o de todos los de la tienda, puede dar la impresión de que la reforma ha sido mayor. Otro ingrediente muy importante en este tipo de reformas es la iluminación. Cambiar lámparas e incluso el tono de la luz, o instalar algún punto más de luz causarán una buena impresión en los clientes de la tienda.

Para hacerlo, en caso de que las lámparas a cambiar sean de techo, será necesario en algunos casos cambiar de sitio algún punto de luz. Por lo tanto, habrá que efectuar alguna pequeña obra, que será mejor afrontar antes de pintar. Y colocar después de pintar las lámparas.

Estos cambios, que apenas llevarán unos pocos días, darán la impresión a los clientes de que se ha llevado a cabo una reforma profunda. Y son un ejemplo de que para reformar una tienda no es necesario invertir mucho tiempo ni acometer obras engorrosas y complicadas.